domingo, 25 de mayo de 2008

Reflexión: Valor Económico Del Agua

Valor Económico Del Agua: Cuánto Cuesta Lo Que No Se Paga?

La escasez creciente del agua, su irracional uso y explotación serán el problema prioritario que la generación presente deberá resolver a la brevedad. La relación conflictiva y poco virtuosa entre el uso del agua, su evaluación económica y su apreciación ecológica y ambiental nos está conduciendo a situaciones inmanejables y sin salida.

Históricamente al agua se le ha considerado como un don o un bien publico casi gratuito. Ello nos lleva a la necesidad urgente de valuar económicamente, y en sus justos términos, al ambiente. Al fallar el mercado en hacer explícitos los valores y servicios que proveen los recursos naturales, éstos se ofrecen en forma "gratuita" generándose una diferencia entre la valoración privada y la social de los mismos.

En términos generales, en la cuestión del suministro de agua potable y en el manejo de las aguas residuales se ha actuado con un alto grado de pragmatismo sociopolitico, con una visión de corto alcance y, en el mejor de los casos, con criterios economicistas. La cuestión ambiental y ecológica, así como de protección de cuencas y ecosistemas, ha sido bastante marginal. El problema no se ha analizado desde una perspectiva integradora: sociedad/economia espacial/recursos naturales escasos/desarrollo sostenible, etc. Ello configura un escenario de crisis de la gestión ambiental y la vulnerabilidad.

Más aun, la cuestión del agua no debe estudiarse desligado de los demás asuntos y problemas concernientes al medio y a la disponibilidad de los recursos naturales.

Las actividades económicas y el consumo se han beneficiado indiscriminadamente de los subsidios que otorgan tanto el medio como el uso de los recursos naturales. La mejor expresión de ello es la utilización del agua sin asignarle prácticamente ningun valor. Ello ha provocado externalidades negativas, así como la violación virtual de buena parte de los principios de la teoria y economia positiva. Así, el óptimo paretiano no se cumple, ni tampoco los preceptos de igualdad y equidad en las transacciones dentro de los circuitos de producción, distribución (de la renta y el ingreso), así como del consumo.

Para el caso del uso del agua y su aprovechamiento de fuentes lejanas, los criterios y consideraciones de optimización regional están completamente ausentes. Aqui también la relación es bastante perversa, dificil y conflictiva. Esta relación debe analizarse entre las fuentes y disponibilidad del recurso, su propiedad, uso y consumo, con los valores que se paga por él.

A pesar de la dificultad para aplicar los precios de mercado (precio real) del patrimonio natural y de un recurso cada vez menos renovable como lo es el agua, históricamente desvalorizado y subestimado, es urgente su evaluación económica. Esto ultimo, junto a la educación y participación social, serian la clave para evitar la catástrofe insuficientemente anunciada, y peor comprendida, que nos depara un futuro no tan lejano.

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